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3. Dedica el día de hoy a hablar con tu Dios o la vida (de acuerdo a tus creencias) sobre lo sucedido y sobre tus sentimientos. Si así lo sientes, acepta su voluntad y pídele que llene el vacío que la muerte de tu ser querido dejó en tu corazón. En caso contrario, reclámale por su ausencia e incluso, pelea con él, si sientes la necesidad de hacerlo. Vive tu melancolía, pero prepárate para hacer un homenaje a tu ser querido, volviendo a ser feliz. Él no puede convertirse en tu verdugo. (Video)